Dios las cría y sus hijos las juntan

Alcira y María no se conocen, pero tienen tanto en común que sus nombres sonaron juntos en la entrega de un Grammy. Cuando sus hijos Jesús y Miguel Ignacio les dedicaron el premio, cada una lo celebró a su manera.  Hoy, Día de la Madre, las dos relatan lo que hicieron con sus muchachos para que tuvieran una carrera de éxito 
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Texto: Joanny Oviedo (@joannyoviedo)

Alcira Pérez
Fan del Chino
 

Crédito: Andrés Moncada
La noche del 11 de noviembre todos los teléfonos de la casa comenzaron a sonar al mismo tiempo. Alcira Pérez, la mamá de Jesús Alberto Miranda (Chino), no sabía si atender el fijo, su celular o el de su segundo esposo, Guillermo Nieves, quien disfrutaba el logro lanzando fuegos artificiales desde el jardín. El dúo Chino y Nacho se había alzado con el Grammy al mejor álbum de música urbana de 2010 por “Mi niña bonita”.
“¡Nosotros andábamos vueltos locos!” –carcajea enérgica Alcira, una caraqueña de 49 años– “nunca me imaginé que ganaría, pero confiaba en que tenía esa fortaleza que creo que sacó de mí. Le había dicho ‘Jesús, tú puedes, y si te lo ganas, lo vas a recibir con la mayor humildad del mundo, porque eso no te hace mejor persona, te hace un artista’”. ¿Su aporte a la fama del Chino? “Una buena crianza y el amor que le he dado como madre, porque él es mi tesoro. Él tiene el talento, y el trabajo de carpintería lo hice yo”, comenta entre risas.
A Alcira, la sangre musical le viene de los Pérez, una familia compuesta por 8 hermanos que acostumbraba celebrar los cumpleaños y las navidades a punta de guitarra, cuatro y canto. Por eso, cuando vio que su único hijo comenzó a jugar a ser Servando y Florentino con un compañero del colegio frente al espejo de su cuarto y que a los ocho años le pidió que le cambiaran el corte “de totuma” por el “platabanda” de Jerry Rivera, pensó ilusionada: “Ay Dios mío, ese es mi sueño, estar montada en un escenario cantando”.
Colección de éxitos

Aunque en ocasiones se le agüen los ojos al hablar de situaciones difíciles, Alcira no es de las que se amilana. Cuando se separó de su primer esposo, el padre del Chino, buscó empleo como secretaria en la Universidad Simón Bolívar del Litoral para mantener su hogar: “Llegaba a mi casa en Maiquetía a las 5 pm, hacía comida, atendía a mi hijo y, aparte, hasta las 10 pm me ponía a hacer tesis y monografías”.  
Dice que la tragedia de Vargas, en 1999, los “echó pa’ afuera”, y que junto a Jesús y Guillermo fueron a refugiarse en la casa de su mamá en Coche, Caracas, con la poca ropa y la lavadora que pudieron salvar. “Como tú”, uno de los cinco perros que actualmente tiene Chino, también sobrevivió.
Tal vez por eso Alcira colecciona logros, más que objetos o recuerdos de la infancia de su hijo. Y muestra orgullosa ocho carpetas de aros repletas de recortes de periódicos y revistas sobre la vida artística de Jesús Alberto: “Quiero que se las muestre a sus hijos para que valoren lo que ha alcanzado trabajando desde los 15 años”, asegura llorosa y agrega: “Yo soy su primera fan”. El timbre de su teléfono con la canción “Me mata, me mata”, lo confirma.
Romantiqueo

Alcira señala que no les tiene celos de madre a las fanáticas, y más bien las defiende. Constantemente le recuerda a su “príncipe” la importancia del romantiqueo y el respeto que merecen las damas, “porque la mujer es un ser muy especial”, le indica.
Chino ya cumplió 26 años, y les compró a su madre y Guillermo la casa donde viven los tres, así como un Aveo y un Fiat, pero cuando refunfuña “yo soy un hombre”, ella le hace saber que aún es su niño: “Tú puedes ser lo que sea, pero yo soy tu mamá y me aceptas lo que te digo”. Y después de ponerle carácter, se derrite: “Él pasa 15 días fuera y cuando llega, vuelve la sala un desastre con las maletas. Yo soy la que tiene que subir la ropa y guindarla… Qué más voy a hacer si es mi único hijo”.  
“Siempre ha tenido ese apodo.
Cuando estaba pequeño, parecía el propio chino”
María Mercedes Donatti
A Nacho, lo impulsó

Crédito: Andrés Moncada
Si me quedo dormida, me llamas”, le pidió María Mercedes Donatti, la madre de Miguel Ignacio Mendoza (Nacho), a su sobrina mientras estuvo hospitalizada en Puerto La Cruz por un tratamiento en los riñones. El televisor estaba prendido sintonizando los premios Grammy, cuando de repente las enfermeras escucharon una algarabía e irrumpieron en la habitación: “Señora, ¿está bien?, ¿se siente mal?”. “Tranquila, está emocionada porque el hijo acaba de ganar un Grammy”, respondió la sobrina.

María Mercedes estaba segura de que él lo lograría. “Me dijo una vez ‘mami, ¿cuándo vas a ir a ver uno de mis shows?’ y yo le contesté ‘cuando tú me traigas un Grammy, voy a ir a toditos’. Imagínate, él estaba comenzando con Chino”, relata sonriente y con pausa.
Su acento es una fusión entre oriental, llanero y maracucho. No es para menos. Nació hace 55 años en Mapire, estado Anzoátegui, y a partir de los 16 comenzó a mudarse. Primero a casa de su hermana en Ciudad Bolívar, adonde se fue con la excusa de estudiar, para poder hacer lo que realmente le gustaba: cantar en una emisora de radio y conocer músicos. Le siguieron una etapa en Puerto La Cruz, ocho años en el estado Zulia y luego otra vez Puerto La Cruz, su actual residencia desde hace 15 años. En su tierra natal conoció a Hérmito, su ex esposo y padre de sus tres hijos: Hérmito, Marimer y Miguel Ignacio.
Como tiene 23 hermanos de madres diferentes, prácticamente podría recorrer todo el país y encontrar en cada rincón una casa en la cual quedarse. “Los fines de semana eran bien alegres. Siempre había un cumpleaños de un familiar o amigo, así que estábamos viajando todo el tiempo”. Solía animarse a cantar, una facilidad que le viene de su papá, que encantaba a las chicas con serenatas, y su mamá, que tocaba las maracas y el cuatro en las fiestas patronales de Mapire.
Colección de recuerdos

Así como su madre, Miguel Ignacio era de mal comer. Nunca tomó tetero, ni sus hermanos tampoco porque les daban náuseas, y ya más grande podía pasar todo el día masticando solo Corn Flakes o panquecas. María Mercedes saca un álbum de fotos de su cartera y enseña al Nacho “catirito” que jugó fútbol, practicó karate, quiso ser pintor y animó fiestas cantando música llanera. “Toda la vida quiso ser cantante. A él lo encontraba en el cuarto con los desodorantes Mum Bolita interpretando frente al espejo (se ríe). Y yo pensaba ‘aunque sea mis hijos van a ser cantantes’”.
Se dedicó a impulsarlo. En su infancia lo llevó a festivales de canto populares en los que se destacó y ya de grande evitó que dejara la música: “Hubo una época en la que quiso retirarse de Calle Ciega, porque su papá quería que él terminara sus estudios universitarios (de Ingeniería y luego de Derecho). Yo lloré mucho y le dije ‘usted no va a complacer a nadie, se va a complacer a usted mismo. Aquí no te quiero de vuelta triste, sino triunfante’”. De ahí en adelante despegó como artista, y ahora Hérmito lo acompaña en cuanta presentación surge.
Tu caballero

Desde su adolescencia, a Nacho le gustaba componer. “Es muy romántico y siempre le aconsejo que no pierda eso, que es muy bonito, y que todos los temas que haga sean de mucha dedicación a la mujer y sin maltrato verbal”.

Aparte de mamá, María es abuela de seis niños. Así, mientras que sus nietos son “sus tesoros”, sus hijos son “los que me dan el aliento”, y Miguel en particular sigue siendo su niñito. “Es lo que peleamos siempre. ‘¿Por qué usted todo el tiempo me ve como a un muchachito?’, me reclama, y yo le contesto ‘vamos a dejar a Nacho allá afuera y cuando tú vengas a las casa eres Miguel Ignacio’”. 

“Aquí nadie lo conoce como Nacho;
todos le decimos por su nombre completo”

Receta probada
Puede ser un shock escuchar que un hijo diga “mamá, quiero ser cantante”, en lugar de escoger una carrera universitaria o terminar el bachillerato. Alcira y María lo ven así:
Alcira: “Hay que darles lo mejor: una buena educación, unas buenas raíces, hacerlos fuertes y apoyarlos 100%”.
María: “Las mamás tienen que ver si el niño tiene cualidades para la música y hasta dónde llega con constancia, para luego aconsejarlo y ser sinceras con él”.

 
 "¿Quién se iba a imaginar
que el hijo de María y el hijo de Alcira
iban a recibir un Grammy?”.
Nacho la noche de entrega del Grammy.




*Texto publicado en el suplemento dominical "Día D" del diario 2001, el 08 de mayo de 2011.




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