“Lo mejor de Los Chaguaramos es que mis amigos son de ahí”

Es hijo de la generación de europeos que vino a Venezuela tras la Segunda Guerra Mundial y se asentó en la parroquia San Pedro. Tuvo una infancia “más callejera que familiar”, y si pudiera, se volvería a tomar una cerveza con los “panas” que se han ido del país o de Caracas huyendo del caos y la delincuencia
Joanny Oviedo

Albi De Abreu es amante de las imágenes. Desde pequeño y durante años, este actor, guionista y director entrenó su mirada crítica en el autocine de Los Chaguaramos, donde dedicaba tardes enteras viendo hasta quince veces la misma película.

Tal vez por eso divide las locaciones de su vida como si se tratara de un filme: “La esquina”, en la que pasaba horas compartiendo con amigos de distintas urbanizaciones y de Los Chaguaramos, su zona de crianza; “El cerro”, donde cada quien era dueño de una de las lianas de un árbol de mamón que había allí; o “Los techos”, una calle en la que lo junto de las casas les permitía saltar por la hilera de azoteas una y otra vez.

Haber pasado toda su vida en la parroquia San Pedro le sirvió, entre otras cosas, para explorar aspectos desconocidos de su personalidad. Más allá de su look de muchacho bonito de RBD –o de atractivo bailarín del programa Nubeluz¬-, De Abreu descubrió su lado Fight Club en las aceras de su urbanización: vivió en una época de pandillas waperó en las que usar un reloj Swatch era tan tentador para otras bandas como lo es exhibir un Blackberry en la calle hoy en día: alguien vendría a quitárselo, pero en su filosofía rebelde de “¡te lo tienes que ganar!”, convertía el robo en una pelea a puño limpio.

- ¿Cuánto tiempo tiene viviendo en Santa Mónica?
- Unos siete años. Yo viví en Los Chaguaramos durante toda mi vida hasta que me mudé para acá porque no quería alejarme del círculo de amigos que ya tenía hecho y porque, para aquella época, esto era bastante residencial y tranquilo. Yo lo veía como una zona donde todavía no se había explotado el comercio de una forma descontrolada.

- Y ahora, más bien, hay comercios por todos lados.- En Los Chaguaramos ni se diga; se ha vuelto una zona súper peligrosa, que nunca tiene luz, nunca tiene seguridad, y yo creo que ese cáncer se está viniendo hacia Santa Mónica, con la proliferación de licorerías y negocios de ventas y repuestos de carros que atraen a una clase de visitantes desordenados, que tienen un estilo de vida no acorde con una comunidad de señores europeos acostumbrados a las cosas tranquilas. Hay una deficiencia en la asociación de vecinos que es la que debe poner control.

- ¿Diría que la zona es caótica?- Sí, me parece que está bastante desierta en el ámbito policial, pero yo creo que es un rollo de la Alcaldía de Caracas, a la que creo que le interesa el caos en lugar de resolver el problema. A mí, por ejemplo, me atracaron hace poco fuera de Santa Mónica y cuando la gente me visita a mi casa, cada alarma que suena es una constante paranoia. De hecho, hace una semana y media les grité desde la ventana a unos tipos que estaban abriendo el capó de un carro.

- Aparte de sus amigos, ¿qué tiene de particular San Pedro que, al mudarse, decidió quedarse en la parroquia?- A mí visualmente me gusta y me relaja mucho la arquitectura que predomina en Santa Mónica y en Los Chaguaramos, que es como vintage y cincuentosa, y vivir con una comunidad europea tan grande y con tantos años acá, te da una sensación de vecindad, de que todo el mundo se conoce y se puede confiar en el otro.

-Cuando piensa en los hitos de su vida dentro de la zona, ¿qué recuerdos le vienen a la mente? - Durante toda mi juventud, como desde los diez años en adelante, la avenida Los Estadios con calle La Colina de Los Chaguaramos fue el punto de reunión con todos mis amigos de la zona. Éramos como quince y cuando venía gente de afuera, de El Valle, Santa Mónica, Coche, Montalbán y Chacao, podíamos llegar a ser cuarenta. Todos los que venían a visitar sabían que si iban a “La esquina” después de las 4 pm, íbamos a estar allí. También andábamos en “Los techos”, que era toda esa cuadra que va hacia la panadería Las Ciencias, donde había puras casas en las que todas las azoteas se comunicaban y por las que corríamos haciendo competencia. Otro lugar es el edificio Universidad, que detrás tiene una montaña a la que bautizamos “El cerro”, con el monte súper crecido y una mata de mamón. Y el autocine de Los Chaguaramos, una de las cosas más emblemáticas en mi vida, porque ahí empecé a desarrollar el gusto por lo audiovisual. Recuerdo que nos coleábamos por un montecito detrás de los salones de la Disip y nunca pagamos nada. Yo iba a ver la misma peli unas quince veces, que si La Mosca, Dirty dancing, Las aventuras de Chatrán, Sexo, mentiras y cintas de video. Lo mejor de Los Chaguaramos es que mis amigos de toda la vida son de ahí.

- Cuando está fuera de su zona, ¿qué es lo que más extraña?- Si quiero comer algo especial, pienso en unos croissants de chocolate que venden en la panadería Ópera de Santa Mónica. ¡Son divinos! No hay mejor cosa que meterlos en el microondas y que todo se derrita, demasiado bueno [sonríe]. También están los clásicos: la pizzería Roccolano y el Ling Nam en Los Chaguaramos, las parrillas y hamburguesas de Don Pepe en Santa Mónica, y el restaurante italiano Mediterráneo, cerca del puente San Pedro.

- Si pudiera, ¿se mudaría?- Yo podría, solo que no lo he planeado. Aunque si las cosas se siguen degenerando, ya no es un rollo de que no me guste Santa Mónica, es un rollo de que quiero preservar mi vida y la de la gente que vaya a formar parte de mi familia. Mudarme del país definitivo no lo he planteado aún, pero obviamente no quiero ser parte de la revolución del siglo XXI.


“Cuando me dijeron ‘Albi, queremos que hagas el papel de asesino
 en Saluda al diablo de mi parte’,
yo dije “brother, hay que hacer algo con mi pinta
porque si no, eso va a ser como RBD con pistola [risas]".

Un pie aquí y otro allá
El 10 de octubre, se estrena La Hora Cero de Diego Velasco, película en la que participó.
En 2011, su imagen llegará a las salas colombianas junto a Edgar Ramírez en Saluda al diablo de mi parte, de los hermanos Orozco.
Por estrenarse están los cortometrajes Tuya, protagonizado por él, y su segundo corto como director, Colmillo.
Estará en la novela de Venevisión “La mujer perfecta”, escrita por Leonardo Padrón.
Planea escribir un largometraje.


* Entrevista publicada en el periódico local EnClave San Pedro, en julio de 2010.

Comentarios

  1. https://wummituniversitypress.com/como-eliminar-una-recomendacion-de-linkedin-o-solicitar-una-revision/
    Estará en la novela de Venevisión “La mujer perfecta”, escrita por Leonardo Padrón.
    Planea escribir un largometraje.

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  2. Yo podría, solo que no lo he planeado. Aunque si las cosas se siguen degenerando, ya no es un rollo de que no me guste Santa Mónica, es un rollo de que quiero preservar mi vida y la de la gente que vaya a formar parte de mi familia. Mudarme del país definitivo no lo he planteado aún, pero obviamente no quiero ser parte de la revolución del siglo XXI. https://wummituniversitypress.com/como-eliminar-una-recomendacion-de-linkedin-o-solicitar-una-revision/

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